El ingeniero industrial y la política exterior

A mediados de Febrero, concretamente del 14 al 19, participé en un congreso en Moscú, sí, en Rusia. Es cierto que al leerlo la primera vez puede parecer sorprendente, nadie se va a Rusia a participar en un congreso de política exterior, y menos un representante de estudiantes de ingeniería del ámbito industrial. Fue un congreso sobre política exterior rusa, hubo ponencias y mesas redondas de todo tipo, entre ellas por ejemplo, una que ofreció el Director de Comunicación de la Federación Rusa en el Ministerio de Exteriores, sin duda la más interesante, en la que se trataron temas sobre la oferta de todo tipo de cursos e intercambios universitarios, y la dificultad que allí encontraban al intentar transmitir todo a los verdaderos beneficiarios. En realidad, los participantes en el programa fueron 19 y la selección se hizo a nivel internacional, en cierto modo quiero pensar que los organizadores también tuvieron que ver en mi perfil algo que pudiera ser provechoso para el encuentro.

Con estas líneas no sólo quiero relatar mi experiencia, que en cierto modo es lo de menos, sino hablar de mi punto de vista, de cómo he acabado yendo a Rusia y sobretodo de porqué creo que todos los representantes de alumnos, en especial los de ingeniería, deberíamos de comenzar a ver todo con otra perspectiva.

Si hay algo de lo que los ingenieros pecamos es de vivir centrados en nuestro área, somos los que movemos la industria pero rara vez somos los que aparecemos en las noticias siendo reconocidos por esos logros. Si preguntas a cualquier persona que estudie otra carrera diferente, su impresión sobre nosotros no varía, para el resto de la sociedad estamos aislados. Entonces, desde este punto de vista podemos distinguir dos grandes problemas, uno de comunicación y otro de posicionamiento en el mundo; el rol que el ingeniero adopta en la sociedad y el rol que debería adoptar. Os voy a poner el mejor ejemplo de todos, el de Apple, Stephen Wozniak fue el creador del sistema y del inicio de la compañía, él era la cabeza pensante detrás de toda la tecnología que Apple creaba, pero fue Steve Jobs quien se llevó todo el mérito. Y yo me fui a Rusia con la intención de enmendar un poco de cada problema. Muchas veces los ingenieros no nos damos cuenta de que influimos en otros áreas de la misma manera que influyen en nosotros, nos falta perspectiva global en cuanto a este problema se refiere, y yo pensé, si el programa trata sobre política exterior rusa, y existe alguna posibilidad de que Rusia invierta en la industria española, o que cree industria en suelo español, yo tengo que estar ahí.

Nos guste o no nos guste el mundo está cada vez más conectado, nos ha tocado vivir una etapa en la que con saber un solo idioma no basta, en la que el que posee la habilidad para comunicarse posee el poder. Vivimos en un mundo en el que los representantes de estudiantes no pueden sólo mirar su propio ombligo y pensar en los problemas que plantea su educación en el país que la están cursando. El día de mañana cada vez más ingenieros cursan su carrera en un país distinto del que acaban trabajando y nuestro deber es también el de representarlos a todos ellos, el de ayudarlos y el de ir a la cabeza en cuanto estos temas se refiere.

Con todo esto quiero hacer un llamamiento a todos los estudiantes de ingeniería en general y a sus representantes en particular, no a que vayamos a Rusia, sino a que cambiemos la forma de ver el mundo que nos rodea. Es obligatorio que el ingeniero entienda el mundo en el que vive, los cambios que se producen, los que le pueden afectar y luche por su propio futuro. No sirve con quejarse de la situación actual, no sirve con echar la culpa al bajo porcentaje de industrialización que hay en tu país o al sistema educativo que nos ha tocado cursar, somos futuros ingenieros, vayamos a la raíz de todo problema y solucionemos aquello que esté mal.

La única manera de finalizar que tengo es a través de una reflexión muy simple, pero que viene muy bien, aplicada a este tema en cuestión. Lo único contra lo que es inútil luchar es contra el avance del tiempo. Si ya sabemos de ese avance, avancemos nosotros.

 

Francisco Javier de Lara García-Brioles, Presidente de AERRAAITI


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